La actividad minera produce grandes cantidades de polvillos tóxicos -constituidos por metales pesados- que, en su mayoría, son absorbidos por animales y seres humanos.
La exposición a estos metales pesados y su presencia en la sangre pueden causar enfermedades dermatológicas, oftalmológicas, respiratorias, neurológicas; abortos o partos prematuros, malformaciones en bebés, entre otros.
Los residuos químicos generados por esta industria -cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, entre otros- pueden filtrarse y contaminar fuentes de agua, suelos y acuíferos, lo cual puede tener un efecto acumulativo en la cadena trófica.
La actividad minera destruye anualmente las fuentes de agua que podrían abastecer a 12 millones de personas.
La actividad minera elimina todo tipo de vegetación existente quedando inutilizable el territorio, dejando sin medios de vida a los seres vivos que habitan esos territorios.
Por orden de aparición: Fotos 1 a 9 Autor: Adolfo Vladimir Valtierra Ruvalcaba, serie de fotos “El agua y la mina en Zacatecas”; Foto 10, Autora: Laura Verónica Arvizu Valenzuela, “Bocanadas de aire”; Fotos 11 y 12 Autor: Cristóbal Trejo, “Minas de Nueva Rosita, Palau y Cloete”.